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Hasta siempre Horacio.
El pasado día 17 de este mes, a los 79 años, fue llamado a la casa del Padre,
Horacio Solis Iglesias, sacerdote Paulino que durante unos años estuvo muy
vinculado a nuestra comunidad parroquial.
Nació el 18 de noviembre de 1940 en Valdepolo, una pequeña aldea a 40 km. de
León. A los 14 años, Horacio entró en la comunidad de los Paulinos en Zalla, en
el Pais Vasco. En el año 1961 ingresa en el noviciado de Coslada (Madrid). En
1965 fue trasladado a Roma donde emitió la profesión perpetua y de nuevo en
Roma, el 30 de junio de 1969 fue ordenado sacerdote.
Una vez ordenado está en diversas provincias españolas y desde el año 1977 al
1981, está en Sevilla, en la librería San Pablo de la calle Sierpes. Es ahí
donde conoce a D. Enrique y comienza su andadura en nuestra parroquia, donde
ayuda a la celebración de bodas y bautizos y conecta con un grupo de jóvenes,
teniendo reuniones semanales todos los domingos a las 5 de la tarde (le
llamábamos la reunión de las 5).
De estas reuniones sale un pequeño coro, que cantábamos en la misa de todos los
domingos por la tarde en la parroquia, donde nos íbamos después de la reunión.
También organizaba retiros de jóvenes, en Adviento y Navidad. A destacar su
participación como futbolista, en el equipo Ágape, que se formó en nuestra
parroquia para participar en los campeonatos locales de aquellos tiempos.
Fue una gran ayuda para D. Enrique, ya que en aquellos tiempos era el único
sacerdote de nuestra comunidad. Aunque su asistencia se limitaba a los domingos,
siempre estaba disponible para cualquier emergencia.
También coincidió su presencia, con los inicios del grupo de misiones de nuestra
parroquia, grupo que fueron los inicios de Llamarada de Fuego. Ahí fue también
un gran animador. Recuerdo como nos enseñó a medir la cuerda para atar los
paquetes y luego para lacrarlos, cuando se enviaban por correos a Malawi. La
primera “maquinita” que tuvimos y que aún esta utilizándose, para precintar, fue
un regalo de él.
En el año 1.994 vuelve a Sevilla hasta 2008, donde pone en marcha desde la
librería San Pablo, la emisora de radio Onda San Pablo, muy seguida en nuestra
localidad, donde realizaba una extraordinaria labor evangelizadora. Era un
enamorado de la comunicación, por lo que cuando la administración andaluza no le
concedió la autorización para seguir retransmitiendo, sufrió una pequeña
decepción.
En esta segunda fase, se involucró con uno de los grupos de matrimonios de
nuestra parroquia perteneciente a los Equipos de Nuestra Señora, donde estuvo
participando hasta su vuelta a Madrid.
Somos muchos los que le recordaremos siempre, porque esa etapa de nuestra
juventud hubiera sido muy distinta sin él, debido a su forma ejemplar de ver la
vida, a su forma de dar a conocer a Jesús de Nazaret, a su alegría y a su afán
de comunicar el evangelio. La palabra comunicación era mágica para él y en uno
de los retiros trato el tema denominado “Comunicarse cuestión vital”, título que
años después dio a uno de sus libros.
Gracias Horacio. Descansa en Paz.
PD. El próximo viernes día 2 de octubre, a las 8 de la tarde, en la parroquia se
celebrará una misa por su eterno descanso
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